Artà. Naturaleza pura
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Artà
Mallorca

Con una costa bien conservada, una reserva marina y un parque natural, Artà es un paraíso para senderistas y amantes del turismo activo. 

Durante todo el año, Artà disfruta de gran actividad cultural gracias a la presencia de su teatro, con excelente programación, y de talleres de artesanos que muestran y venden su obra. En verano, las calles más céntricas despliegan una variada oferta de bares y restaurantes, convirtiéndose en uno de los mejores lugares de la zona para disfrutar de la noche. También concentra un importante patrimonio arquitectónico: sobre un promontorio se contempla la Almudaina, conjunto amurallado que incluye el oratorio de Sant Salvador, al que se accede por una escalera de 180 peldaños. Y por el centro histórico se yerguen antiguos casales, algunos de ellos edificados por indianos que hicieron fortuna en América. 

Amantes de las caminatas llegados de todo el mundo recorren el GR-222, sendero de Gran Recorrido que enlaza las Serres de Llevant con el Santuario de Lluc, corazón de la Serra de Tramuntana. Entre las playas destacan los arenales de Sa Canova, Cala Es Matzoc y Cala Estreta, así como las más cercanas al pequeño núcleo turístico de la Colònia de Sant Pere, de ambiente familiar.

La ermita de Betlem
En las sierras de Artà, con vistas al mar y a la montaña, se encuentra esta ermita fundada en 1805 por ermitaños de Sant Honorat de Randa y de la Trinitat de Valldemossa, que se asentaron aquí gracias a una donación particular de tierras. La ermita inicial se fue ampliando con celdas, cocina y otras dependencias entre las que destaca la iglesia, de una sola nave. Se accede por un bello camino flanqueado por cipreses, y en los alrededores se contemplan construcciones que permitían una vida autosuficiente a la comunidad religiosa, como un molino de agua.