Fundado en el año 1327 por Elisenda de Montcada, esposa del rey Jaume II, el monasterio de Pedralbes es uno de los mejores ejemplos del gótico catalán. El espacio que acogió a monjas clarisas hasta 1983, momento en el que se convirtió en museo, muestra a través de diferentes estancias la vida monástica dentro del recinto. Dentro del conjunto arquitectónico cabe destacar el claustro de tres plantas, el más grande del mundo de estilo gótico, así como la iglesia. En su interior se encuentra el sepulcro de la reina Elisenda que ofrece dos caras: la que da a la iglesia, donde aparece su imagen vestida como soberana, y la que da al claustro, donde se muestra como viuda y penitente. Destaca también la capilla de San Miguel, con pinturas góticas, y la cocina, uno de los espacios que mejor refleja el paso del tiempo. Alrededor del claustro se distribuyen las principales estancias del monasterio, como son la sala capitular, la sala de la abadía, la enfermería, el refectorio, el dormitorio y las celdas de día, pequeñas estancias en las que algunas religiosas pasaban en solitario las horas libres. Y es que en el monasterio todo se organizaba alrededor del claustro, zona de circulación, meditación personal y de contemplación de la naturaleza.