Fue la construcción más emblemática de la Exposición de 1929. Se trata de un gran y suntuoso palacio construido a imagen y semejanza de los grandes edificios de la realeza europea. Los arquitectos encargados de llevar a cabo esta impresionante obra fueron Enric Català i Català y Pedro Cendoya Oscoz. Destaca de esta monumental obra su amplio salón oval: la estancia más amplia de Europa, cuya cúpula fue pintada por Francesc Galí. También son importantes el suntuoso vestíbulo y la doble escalinata.